Las ramas secas
cantan
primavera.
Tu y yo nos perdimos
entre tanta flor
que abría
y el ruido de las aves.
Entre trenes verdes
que a prisa
transportaban
historias ajenas.
Me habría
gustado
ir de picnic
contigo,
recostar
nuestras miradas
sobre un mantel de cuadros,
caminar por Central
Park
junto a los
niños
que hacen cometas
desafiando la
brisa.
Si lo hubiéramos
hecho
no importarían
ahora
las ramas o sus hojas.